abril 30, 2015

Mercado de nidos: la competencia por la primera infancia

Mercado de nidos: la competencia por la primera infancia
Informe de semanaeconomica.com El mercado de educación de la primera infancia crece y se especializa ante la competencia de los colegios y padres cada vez más exigentes. El mercado de la educación en la primera infancia ha evolucionado de manera significativa en los últimos años. Los nidos han tenido que innovar en sus propuestas educativas para captar nuevos sectores y  mantenerse competitivos frente a los nuevos jugadores. Con el objetivo de ampliar su oferta educativa, los colegios empezaron a recibir a los infantes desde los 3 años. Así, la competencia en el mercado de educación inicial aumentó, lo que afectó el negocio de los nidos, explicó a SE León Trahtemberg, especialista en educación y promotor del colegio Áleph. En respuesta, los nidos se dirigieron hacia la primera infancia: aquellos que antes atendían a niños a partir de los 3 años ampliaron su propuesta educativa hasta niños de 6 meses. Éste es un mercado cada vez más atractivo por varios factores.

Publicidad que ‘educa’

La mayor cantidad de información y publicidad ha incrementado la exigencia de los padres respecto a la educación de sus hijos, pues creen que mientras más temprano inscriban a sus hijos en un centro educativo, más exitosos serán en el futuro. Esto ha dado surgimiento a tendencias educativas como la estimulación temprana, entre otras.“Las mamás se informan mediante blogs, laweb, o incluso, del ‘boca a boca’”, explica Marisol Bellatín, una de las fundadoras del nido La Casa Amarilla. A medida que la publicidad continúe promocionando esta idea, este mercado seguirá creciendo, asegura Trahtemberg.

Mientras más, mejor

El crecimiento del poder adquisitivo –impulsado por el desarrollo de la clase media peruana– también ha dinamizado el mercado. En los últimos diez años, un millón de niños ha pasado de la educación pública a la educación privada, afirma Trahtemberg. “Al mejorar las condiciones económicas de una familia, los padres quieren brindar una mejor educación a sus hijos”, explica. Los padres se vuelven más exigentes y ya no sólo buscan que sus hijos adquieran conocimientos, sino que su prioridad es la formación integral. Por ello, aspectos como la infraestructura, el uso de tecnologías, y los valores se vuelven importantes al elegir la institución educativa para sus hijos.

Mujeres al poder

El incremento de la participación de la mujer en la economía de los hogares ha disparado el número de madres que necesita dejar a sus hijos en una institución para poder trabajar. “La mujer ya no sólo es ama de casa, sino también aporta a la canasta familiar. Ahora ambos padres buscan su desarrollo como profesionales”, señala Luciana de la Fuente, fundadora del nido Coloring Dreams. La participación profesional de la mujer aumenta cada año y es más marcada en los estratos medios, donde se ha concentrado el crecimiento en la capacidad adquisitiva. En el 2003, el 16% de las amas de casa del NSE B de Lima Metropolitana y el 7% de las del NSE C eran trabajadoras dependientes; para el 2006, estos porcentajes aumentaron a 29% y 25%, respectivamente. Esta tendencia ha impulsado la demanda por nidos que atiendan a niños cada vez más pequeños. “Mi demanda en el programa para niños de 1 a 2 años ha crecido en los últimos años. Ahora tengo más alumnos de esa edad, mientras que los de 3 y 4 años han migrado a los colegios”, explica Bellatín.

Especializados

La demanda no sólo ha aumentado, sino que se ha sofisticado a medida que los padres se informan más. En respuesta, la oferta del mercado se ha especializado para satisfacer estas demandas, y han surgido diversas ofertas basadas en múltiples teorías. La Casa Amarilla emplea la teoría socioconstructivista, según la cual el niño aprende y desarrolla su capacidad cognitiva y emocional a través del juego, indica Bellatin. Este programa se basa en la propuesta italiana Reggio Emilia, la cual busca que el niño explore y experimente en un espacio adecuado y  logre así una estimulación afín a la etapa en la que se encuentre. Coloring Dreams –que pertenece a la Organización San Ignacio de Loyola (OSIL), dueña de la USIL– creó un currículo que tomó como influencia la teoría de la modularidad. Según esta teoría, los niños nacen con paquetes de información y depende del estímulo que reciban los primeros años para que éstos se activen y se conecten entre sí. “Hemos creado un espacio en el cual el niño crezca a través del arte y la psicomotrocidad, y sus competencias cognitivas se desarrollen de manera aislada”, señaló Luciana de la Fuente. La propuesta de La Casita Perú, basada en la pedagogía activa, es distinta a las anteriores. Las fundadoras creen que los primeros años del infante deben darse junto a los padres, por lo que éstos participan activamente. Las ‘clases’ sólo duran entre una y dos horas por día. “El niño debe permanecer cerca del vínculo [paternal]. Es importante que los padres identifiquen a sus hijos durante sus primeros años y valoren sus logros”, explicó Sofía Palacios, una de las fundadoras de La Casita Perú. Los nidos han logrado innovar en sus propuestas y captar un nuevo sector. El desarrollo del mercado de la primera infancia ha obligado a que estos centros se especialicen cada vez más y logren diferenciarse de las propuestas que ofrezcan los colegios. De este modo podrán mantenerse competitivos en el rubro de la educación inicial. Vea aquí en informe en la web de semanaeconomica.com
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