Entrevista del diario Gestión
27 de abril de 2012
Para Luciana de la Fuente el principal problema de manejar una joyería es lidiar con el fluctuante precio de la plata. La nueva boutique de Kamari tiene un valor de US$ 200 mil.
En el 2009, cuatro individuos llegaron al taller de la joyería Kamari, de Luciana de la Fuente, en la avenida La Fontana. Se presentaron como artesanos que podían darle cualquier tipo de forma al cacho de toro. El único detalle que tachaba sus hojas de vida era una reciente condena purgada por terrorismo que los eximía de poder encontrar empleo. Fue la última puerta que tocaron. La dueña de Kamari los recibió en su equipo. Esta empresaria que barre su local a puertas abiertas cree en tres cosas: la inspiración, la buena vibra y la gente.
¿Kamari es su primer proyecto como empresaria?
Kamari es el primero. Iniciamos en el 2004 y ya tenemos una tienda en el Cusco, otra en el tren Hiram Bingham y recién inauguramos la de San Isidro.
¿Qué hacía antes de Kamari?
Toda mi vida estuve en el sector financiero. Luego de hacer un MBA en Miami, se presentó la oportunidad de ir a Florencia para estudiar diseño de joyas. Tenía 26 años, era ahora o nunca.
¿Cómo se animó a pasar de la banca al diseño?
Vengo de una familia en la que todos tenemos el bichito del arte. Además, las oportunidades se aprovechan porque el tren de las 8:00 pasa a las 8:00 y no a las 8:01.
¿Se adaptó rápido a Italia?
Tuve que aprender italiano. Como hablo español, no fue difícil. Durante los 8 meses que estuve en el estudio Arrais aprendí a plasmar en papel todo lo que se me ocurría, de modo que el artesano me pudiese leer.
¿Regresó rápido?
Volví y me instalé en la cocina de mi casa para después alquilar el primer taller, una casita en Surco. Los trabajos más complicados los enviábamos a maestros artesanos. Arrancamos con una vitrina en el tren del Cusco.
¿Cómo compitió con la gente que ya estaba instalada?
No había tanta joyería como hoy. En ese momento no había una explosión de diseño, pero sí joyerías con más de 20 años en el mercado y nosotros éramos chiquititos.
¿Cuál es el reto más grande al manejar una joyería?
Hoy es adquirir la plata porque es fluctuante y derriba tu estructura de precios en un pestañear. Hoy un kilo de plata está US$1,300. Cuando empezamos costaba US$ 300.
¿Cómo se enfrenta a esto?
Hago malabares para hacer joyas lindas mezclando plata con otras cosas.
¿Cómo balancea el rol de empresaria y el de mamá?
Las mujeres tenemos un don: podemos hacer 20 cosas a la vez, y te das cuenta de eso cuando eres mamá. Yo no puedo evitar ser súper mamá gallina en todos lados.
¿Cómo le va a Kamari en otros países?
Hoy exportamos a Costa Rica, Panamá, Santo Domingo y EE.UU. La idea es vender en donde haya arancel cero y convenios. Es un negocio de maleta.
¿En cuánto está valorizada la nueva boutique?
La tienda más las piezas alcanzan los US$ 200 mil. Hemos arañado la olla para poder estar aquí.
HOJA DE VIDA
Nombre: Luciana de la Fuente de Diez Canseco.
Cargo: Presidente de Kamari.
Profesión: Administradora de empresas de la Universidad de Lima, MBA de la Universidad de Miami y diseñadora de joyas de Studio Arrais.
Hobbies: Viajar, diseñar, leer y pasar tiempo en familia.
Diseñadores: David Yurman y Michael korsh, entre otros.
OTROSÍ DIGO
El proceso de crear según Luciana
Para diseñar joyas. La empresaria revela tener siempre un sketchbook a la mano y de no contar con él, cualquier papel resulta bueno, incluso servilletas. Después de hacer el dibujo, llama al artesano y juntos elaboran las primeras muestras. Entre las piedras que emplea y que le permiten tener una oferta de precios más variada se encuentran la crisocola, turquesa peruana muy apreciada por los incas, y los cristales.
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